y ahí, bajo ese marco que en su mayoría era obscuridad, estaba el, parado ahí, sonriendo, con la mirada fija en mis ojos, con sus tiernos labios que me daban la bienvenida. eran sus cabellos tan resplandecientes, y su piel tersa, suave, tanto que con solo verlo sabias que así era.
el, parado ahí, solo mirando, mirando a mi, con la confianza de que cualquier cosa que el preguntase yo le respondería igual. pero apenado de mostrarse ante mi.
y yo? yo que hago ahí? si soy tan tímido, si soy tan exigente conmigo mismo. porque aun lo veo y respondo a su mirada? porque si yo no me acercare a hablarle jamas. solo le admirare, le veré desde mi silla, esta en la que reposan mis caderas, ansiosas de moverse al rededor de el, con sed de ser adornadas por sus manos. pero ese sentimiento tendrá que desaparecer.
bajo la mirada, y me concentro en la barra que frente a mi se encuentra, en ella hay pequeños grabados que anteriores clientes han dejado escritos. son importancia, solo están por estar, pero mi mente los toma cada uno como un mensaje subliminal. mi mente entre tanto garabato forzado, ha descubierto que solo pienso en el, y si en que aun esta el ahí, fijando su mirada y esperando por mi?, no lo se. pero seguiré aquí, boca abajo, leyendo cosas sin sentido.
Al levantar, el ya no esta. esos ojos tan penetrantes, esa mirada tan sutil, esa que penetro en mi ser, tanto como una daga volando directo hacia mi. ese espectro tan perfecto, no esta. esa imagen tan hermosa, la imagen de ese hombre, ese al que he estado esperando, al que ha estado frente a mi, y al que no le he podido decir, que aun estoy sentado, esperando de mi, lo mismo que el.
No hay comentarios:
Publicar un comentario